Este domingo, Kobe Bryant anunció su retiro del baloncesto después de haber estado activo durante 20 temporadas. Perteneciente a la ilustre generación de 1996, ésa que puede presumir de leyendas tales como Ray Lewis, Derek Jeter y Tiger Woods, Bryant arribó a los Lakers después de haber sido seleccionado en la posición número 13 por los Hornets de Charlotte y de ser transferido de forma inmediata al equipo de los Ángeles a cambio de Vlade Divac. Sin duda, podríamos decir que Kobe es uno de los 10 mejores jugadores en la historia del deporte.
Con tan sólo 18 años debutó en la NBA, siendo entonces el más joven en lograrlo. No tardaría mucho en demostrar el tremendo talento que lo había hecho saltar de preparatoria al estrellato, especialmente en el All-Star Weekend del 97, en donde anotaría 31 puntos en el partido de novatos y se convertirá en el jugador más joven en ganar el concurso de clavadas: sí, el mismo concurso en donde Michael Jordan había estampado su sello poco tiempo atrás. ¿Pero por qué mencionar a MJ y no dejar a Kobe disfrutar de su momento? Porque el retiro de «su majestad» estaba a poco más de un año y la habilidad, y actitud del joven Kobe lo convertían en uno de los contendientes para heredar la corona. Poco a poco fueron llegando los logros: obtuvo tres títulos de forma consecutiva al lado de Shaquille O’Neal, bajo las órdenes del ex entrenador de Jordan, Phill Jackson.
Las comparaciones con MJ no tardaron en llegar. El talento de Kobe era inegable y su estilo de juego era una copia calca del deJordan, ya que Kobe pasaba horas viendo videos del ex toro de Chicago e imitaba cada movimiento (alguno, por ahí, hasta lo perfeccionaba). Los títulos también lo respaldaron, ya que con tan sólo 23 años era un tricampeón. Sin embargo, dos eventos cruciales cambiaron el rumbo de su historia y complicaron la ya cantada sucesión.
En 2003 Kobe fue acusado de violar a una empleada de 19 años de un hotel en Colorado. Esto lo llevó a perder varios patrocinadores, e incluso obligó a Nike a no usar su imagen por algunos años(para llegar a ser como MJ el apoyo de las marcas y el marketing global era esencial). La otra situación fue su pelea con Shaquille O’Neal, que derivó en la salida del centro estrella y terminó con la dinastía que hasta entonces habían creado. Kobe tardó siete años en ganar otro anillo y un año después obtuvo el quinto –jugadores como Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar ostentan, igualmente, cinco anillos–, pero los seis de Jordan ya pesaban demasiado.
Se va un grande y, aunque no debería decirlo, no se va de la mejor manera: se va plagado de lesiones, habiendo formado parte de los peores Lakers de la historia –ya que el año pasado sólo consiguieron 21 victorias–; se va jugando su peor basquetbol; se va después de haber declarado hace unas semanas que él mismo apestaba y, por si fuera poco, se va con la presión de los directivos, quienes lo culpan en gran parte por el fracaso del equipo en los últimos años (ya que por su cuantioso contrato y mala reputación como compañero de equipo, la franquicia angelina no ha podido contar en sus filas con otras estrellas).
Sin embargo, también puedo decir que Kobe Bryant es más que algunos años difíciles: es, de hecho, el máximo anotador en la historia de los Lakers, el único con 20 temporadas jugadas en dicho equipo. Aportó para que los cinco campeonatos de Los Ángeles fueran una realidad, lo que lo ubica dentro de la terna por el mejor Laker de la historia y es, además, el único jugador que puede presumir debido a sus características, el honor de haber sido comparado –en su momento– con Michael Jordan, el mítico número 23.
Nos despedimos de él con honores y de la misma manera en la que él se refirió al baloncesto en su carta de despedida: Thank you, Kobe, we fell in love with you too.
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